Cuando escribo, me doy cuenta

Estoy notando que algo ha cambiado.

No en lo que vivo… sino en cómo lo veo.

Desde que empecé a escribir con más constancia, me resulta más fácil identificar patrones que antes pasaban desapercibidos.

Cosas pequeñas, cotidianas, que de pronto se convierten en símbolos.

Siento que ya no vivo en automático.

Ahora observo.

Escribo.

Y cuando escribo…

comprendo.

Veo cómo se repiten los temas, cómo la vida me los muestra una y otra vez, no para castigarme, sino para ofrecerme nuevas oportunidades de elegir distinto.

No sé cuánto durará esta claridad.

Sé que a veces se apagará.

Pero también sé que no puedo desaprender lo que ya vi.

Y eso me da calma.

Es como si escribir me conectara con una versión de mí que sí sabe, sí ve, sí confía.

Y si estás leyendo esto, quizá tú también estés empezando a mirar distinto.

Y esa es una forma hermosa de despertar.

Gracias por leerme. Que este espacio sea también un canal de expansión.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cómo saber si un movimiento te expande

Give Me Six

La mujer que se bajó del personaje