Querida voz mía
Querida voz mía,
Te he temido.
Te he escondido.
Te he disfrazado de lógica, de educación, de silencio bien medido.
He usado palabras que no sentía
y callado las que me quemaban el pecho.
No porque no quisiera escucharte,
sino porque en algún momento me hicieron creer que eras demasiado.
Demasiado intensa.
Demasiado profunda.
Demasiado emocional.
Demasiado libre para un mundo que prefiere lo que no incomoda.
Te enterré con cuidado.
Como quien esconde un tesoro
pero olvida el mapa para volver.
Y aún así…
nunca te fuiste.
Me susurraste por dentro
cada vez que la garganta dolía,
cada vez que el cuello se tensaba,
cada vez que la palabra no dicha se me convertía en cuchillo.
Hoy quiero decirte:
te estoy buscando.
Y ya no tengo miedo de encontrarte.
No para sonar bonita.
No para convencer a nadie.
Sino para recordarme que existo completa cuando tú estás conmigo.
Quiero que vuelvas
aunque suenes quebrada, ronca, temblorosa,
aunque no afines, aunque no guste,
aunque me muera un poco de vergüenza.
Quiero que salgas.
Que me saques.
Que me cuentes lo que callé.
Que me lleves a donde siempre supe que había verdad.
Mi voz,
estoy deseando recordarte.
Volver a ti no es un acto de valentía.
Es un acto de amor.
Por fin.
Hacia mí.
Comentarios
Publicar un comentario